Este domingo 8 de junio se celebró la quinta edición de la Madrid Vintage Run by TotalEnergies. Una carrera que nació en 2021 con el objetivo de convertirse en la más rápida de la capital y que año tras año ha ido perfilando su recorrido para ayudar al máximo a los 10.000 corredores que se congregaron tras el arco de salida junto a las Cuatro Torres del paseo de la Castellana. Por segunda edición consecutiva, el arriba firmante se puso el dorsal para dar fe, cual notario, de lo que prometía la organización. No hay duda: es una carrera perfecta para volar. No es necesario que los puristas nos recuerden que la Vintage no vale para ratificar récords ni oficializar marcas personales por aquello de los más de 160 metros de desnivel negativo, resulta una perogrullada. Pero quien se apunta a estas carreras lo que buscar es:
- Descubrir sus límites, ver cómo de rápido podría correr un 10K.
- Correr la nada desdeñable distancia de 10 kilómetros de una forma más asequible y, sobre todo, divertida.
- Clasificarse para la Nationale-Nederlanden San Silvestre Vallecana Internacional o acreditar marca para un cajón rápido en la popular. Porque sí, la Vintage está homologada por jueces de la RFEA y mide exactamente 10.000 metros en su trazado más óptimo.
- Tener una actividad en Strava con la que presumir el lunes en la oficina.
Cuatro opciones muy legítimas y que la Madrid Vintage Run by TotalEnergies, con su vertiginoso recorrido, pone al alcance de tu mano. Aclarada la polémica, seguimos con los factos: por muy favorable que sea el circuito, ¡hay que correr! Aquí nadie regala marcas, y para muestra, los cientos de ‘pajarones’ que se han (nos hemos) agarrado muchos corredores tras cruzar la meta en la Avenida Valladolid. Antes habíamos volado por las calles de Madrid en una carrera que combina como ninguna otra la competición y la festividad. Ya desde primera hora, con el Metro repleto de las camisetas de tirantes blancas conmemorativas de la competición. Una estética vintage con la que hicieron match otros tantos corredores que llevaban pelucas afro, bigotes ochenteros y el complemento estrella de las últimas ediciones: camisetas de fútbol retro. Con las zapatillas, por lo que sea, la gente prefirió apostar por la última tecnología.
Un 38% de las participantes de la Madrid Vintage Run by TotalEnergies 2025 fueron mujeres.
El recorrido no presentaba ni medio repecho, al contrario que en la anterior edición, donde los últimos 300 metros podían convertirse en un calvario si no habías guardado fuerzas. Sinceramente, me cuesta creer que los 5 metros de desnivel positivo que indica Strava sean reales. Hay dos kilómetros llanos en toda la carrera, el primero y el último, al que llegas embaladísimo después de bajar más de 60 metros entre el octavo y el noveno. Si quieres optimizar tu resultado en próximas ediciones, ten esto en cuenta a la hora de desarrollar tu estrategia de carrera: hasta el séptimo kilómetro, ve rápido pero controlado, y exprime todo lo que tengas en las piernas en los tres parciales finales. La bajada desde Marqués de Urquijo hasta el Puente de los Franceses es una obscena invitación para que el ácido láctico aparezca en escena, pero cuando quieras darte cuenta ya estarás encarando la recta de meta, viendo en el reloj ritmos más rápidos de los que nunca hubieras imaginado.
Para muestra de lo vertiginosa que fue la Madrid Vintage Run by TotalEnergies 2025 están los resultados oficiales. Los tres primeros clasificados, Jesús Ramos, Fernando Carro y Rodrigo Mendoza, todos madrileños, bajaron de 28 minutos. Ramos, de hecho, se convirtió en el español más rápido en la historia de la prueba con 27:30. En total, 10 corredores bajaron de 30 minutos y bajar de 40 no te garantizaba entrar ni siquiera en el top 1000 de la carrera. Otro récord para mortales: casi 7000 corredores (6859) completaron los 10 km en menos de una hora. Y un dato que no debe pasar desapercibido: un 38% de las participantes de la Madrid Vintage Run by TotalEnergies 2025 fueron mujeres, y también salieron a reventar el crono. Toda una campeona de Europa de maratón como Fátima Ouhaddou estuvo a punto de llevarse el récord español de la prueba con 31:29, venciendo por apenas cuatro segundos a la madrileña Laura Luengo, una de las fondistas más sólidas de España.
